SINOPSIS:
Frankie Paige es una extrovertida
y vitalista chica de Pittsburgh. Tiene veintitrés años. Trabaja de
peluquera. Tiene novio. Hay cientos de chicas como Paige en su barrio. Pero
ella es diferente a todas las demás: le pasan cosas, cosas terribles que no
entiende ni puede explicar, unos ataques paranormales que le hacen sangrar por
la cabeza, los pies y las manos. Ha probado todos los métodos posibles para
evitarlo, pero sigue empeorando. Acude a médicos y psicólogos, pero ellos
tampoco saben responder a la pregunta más importante: ¿por qué le ocurre esto a
ella? Además la relación con su novio y con sus amigas se está deteriorando por
culpa de estos misteriosos ataques.
En uno de sus momentos de crisis
más fuertes, se encuentra por casualidad con un cura y el episodio queda
grabado en una cinta. Las preocupantes implicaciones del incidente hacen que el
propio Vaticano tome cartas en el asunto y envíe al investigador
Andrew Kiernan, un hombre de ciencia más que un hombre de fe, ya que su misión
consiste en desmontar falsos milagros y verificar fenómenos a los que no se
encuentra explicación. Ante la evidencia de que una fuerza poderosa se ha
apoderado de Frankie, Kiernan comprende el peligro que corre la muchacha: debe
buscar dentro de su alma la forma de salvar su vida, aunque ello implique ir en
contra de todas sus creencias.
CURIOSIDADES:
En la escena en la que la
protagonista, poseída y desfigurada, escribe en la pared lo hace de derecha a
izquierda y en arameo. Lo curioso es que en el centro está escrito de
izquierda a derecha y se lee perfectamente la palabra AZAZEL que es el nombre
del demonio sin cuerpo que posee los cuerpos en el film FALLEN.
La estatua que aparece al final
de la película es la de San Francisco de Asís, el primer hombre conocido
en sufrir estigmas.
Para completar los vacíos existentes
en el conocimiento sobre los estigmas se convocó a expertos en religión antigua
y también a sacerdotes que habían tenido experiencia con casos de exorcismos,
así como a académicos especializados en historia antigua que conocían bien el
origen de las religiones modernas.
Rodando la escena que transcurre
en el metro, se llenó un vagón entero de especialistas que fingían ser los
pasajeros del mismo. Patricia Arquette y Nia Long eran las únicas que no lo
eran. Para hacer más económica la escena, los productores emplearon diversos
planos del metro que habían sido descartados del montaje final del film
"Asalto al tren del dinero".
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